ATENCIÓN: el autor no se hace responsable de los accidentes que se puedan producir emulando aventuras parecidas a esta. Por favor, absténgase de hacer cosas que estén por encima de su nivel de equitación o el de sus caballos. Asesórese y déjese guiar por profesionales en todo momento.
Montar a caballo en Granada, Sierra Nevada. Una parte muy desconocida de nuestro negocio, y lo que yo creo que es el núcleo duro de la aventura, es la exploración y consolidación de nuevas rutas. Cuando se decide ir de un sitio a otro siguiendo una ruta aproximada, lo primero miras cartografía e empiezas a investigar. La parte de investigación es crucial.
Para estos menesteres elijo muy bien a mis compañeros de viaje. Normalmente suelo ir con Cándido, mi amado primo, vaquero con más de 25 años de experiencia con las vacas y las veredas. Cuando voy con él, si se puede pasar por algún sitio, pasamos. Las fotos son de ayer, en una etapa de 32km, con un desnivel de subida de 1400m y un desnivel de bajada de 1300m, con algunos puntos con una pendiente del 27%.
Otro bonito divertimento que tenemos en mi zona es la nieve. Otro plus de peligrosidad. La nieve está preciosa en las fotos y en sitios llanos y apacibles, pero la nieve es una trampa mortal en montaña con caballos (ya hablé de ello). Especialmente peligrosos son los ventisqueros, pues no sabes lo que hay bajo ellos ni su profundidad (ADVERTENCIA: amigos, no paséis ventisqueros a caballo, mucho menos subidos en el caballo).
Bueno, pues llegamos a cierto punto, única vereda de paso, barrancos. El sitio se llama Barranco del Espolón. Opciones: pasar o desistir, pues es el único camino viable. Tensas la cuerda y pasas. A veces tienes suerte y pasas, otras sales en los periódicos como accidente de montaña con caballos y helicóptero de rescate. Visto ahora, debo decir que fue un error. No teníamos que haber pasado. Había dos pasadas, no sé cuál de ellas era más peligrosa. En la segunda saqué la cámara y tomé alguna foto.
Por favor, no hagáis barbaridades así. Jamás crucéis un ventisquero expuesto sin crampones ni piolet ni un buen guía de montaña. Jamás, pase lo que pase, lo hagáis con caballos.
El gran Luis Miguel lo llama Equitación Alpina. Los franceses lo llaman Equitación de exterior. Otros lo llaman equitación de travesía. A mi me gusta llamarlo equitación deportiva de ocio. Lo que está claro es que dista mucho de ser una clase de tanda en una pista de arena con un caballo que va por su sexta hora de clase.
Y creo que por hoy ya habréis pasado un buen rato. Besos, parabienes y alabanzas.